Mi voluntad es muy grande.
Perturba
lo poco que se puede hacer,
como una dócil infamia –
Es una ofensa para
quien el todo sería pequeño.
Es una ofensa para mí
que conozco completamente su premio.
A lo mejor la Tierra
es solo un juguete diminuto –
comprado, traído a la casa,
a la inmortalidad.
Luce tan pequeña
que sobre todo nos sorprendemos
de nuestra banalidad
al adquirirla.
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