domingo, 27 de diciembre de 2015
13
Existe un amanecer nunca visto por el hombre -
cuyas doncellas festejan su seráfico mayo
sobre un prado lejano -
y todo el día, con danza y juego,
y piruetas que nunca voy a mencionar -
ocupan sus días de celebración.
Aquí, a ligero compás, andan los pies
que no caminan más por la calle de la aldea -
Ni cerca del bosque los encontrarías -
Aquí están los pájaros que buscaban el sol
cuando la rueca del año pasado colgaba perezosa
y estaban sujetas las frentes del verano.
Nunca vi una escena tan maravillosa -
Nunca un grupo como aquél en un prado así -
Ni una disposición tan serena -
Como si las estrellas durante alguna noche de verano
agitaran sus copas de crisólito -
y celebraran hasta la alborada -
Le pido a la gente, en ese místico prado -
cada nueva mañana de mayo -
danzar como tú - cantar como tú.
Espero tus lejanas - fantásticas campanas -
anunciándome en otras hondonadas -
hasta un amanecer diferente.
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