domingo, 27 de diciembre de 2015

5


Tengo una hermana en casa -
y una muy cerca de aquí.
Sólo una tengo inscrita,
pero las dos me pertenecen.

Una vino por el camino que vine -
y llevó mi vestido del año pasado -
La otra edificó entre nuestros corazones
como un pájaro su nido.

Ella no cantaba como nosotros -
su melodía era diferente -
Ella misma era para sí una música,
como abejorro de junio.

Hoy está lejos de la infancia -
Pero solía tomar su mano con mucha fuerza
subiendo y bajando las colinas -
lo cual acortaba toda distancia.

Y, pasados los años,
todavía su zumbido
engaña a la mariposa;
todavía en sus ojos
yacen las violetas
agotadas durante tantos mayos.

Derramé el rocío -
pero tomé la mañana;
elegí esta singular estrella
entre muchas que hay en la noche -
¡Sue - para siempre!

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