Navegando silenciosamente
en este espléndido mar,
respóndeme, marinero,
¿conoces la playa
donde las grandes olas no rugen -
donde se calma la tormenta?
En el tranquilo oeste
muchas son las velas que reposan -
las anclas firmes -
Hacia allá te conduzco -
¡Tierra! ¡Eternidad!
¡Tierra, por fin!
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