1014

Esto sucedió en la parte blanca del año –

Aquello – en la verde –

Por aquel entonces las ventiscas eran tan difíciles de pensar

como de ser vistas ahora las margaritas –

Lo mejor que queda por hacer es mirar atrás,

o si aquello estuviera – adelante –

la retrospección resulta ser la mitad de la expectativa,

a veces casi más –

1013

El sol podría ser superfluo

cuando muera, quizá, la excelencia.

Podría ser superfluo todos los días

porque cada día sería mencionada

esa sílaba cuya fe

lo salva justamente de la desesperación,

y cuyas palabras “Me encontraré contigo”

dudan acerca de si el amor pregunta “¿Dónde?”

Nuestras etapas podrían recostarse

sobre su fama inmemorial

como estrellas que caen, anónimas,

desde un cielo abundante.

1012

Las mejores cosas no quedan en deuda con la vista.

La perla – lo justo – es nuestro pensamiento -

La mayor parte de esas cosas evita al aire público.

Son legítimas, raras –

La cápsula del viento,

la cápsula del espíritu

se exhiben aquí, como lo hace un halo de luz –

¿El germen de los gérmenes dónde está?

1011

La estrategia de la fuerza

es no descubrir la debilidad –

La capacidad de ser impregnado es inherente a esto

tanto por conciencia

de la fe de otros en ella,

como por el nervio piramidal

detrás del reloj más inconsciente

que Dubne y Merak, habilidosos, mueven –

1010

Irse desmenuzando no es acto de un instante.

Los procesos de dilapidación,

esa pausa fundamental,

son decadencias organizadas –

Primero una telaraña en el alma,

una cutícula de polvo,

una broca entre el eje,

una oxidación elemental –

La ruina es formal – labor de un demonio,

consecutiva, lenta –

Nadie fracasó en un santiamén.

Resbalar – es la ley del desastre.

1009

Era una Phoebe – nada más –

Una Phoebe – nada menos –

La pequeña nota que otros dejaban caer

yo la devolvía a su sitio –

Vivía muy abajo como para que me buscaran –

Era muy tímida como para que alguien me callara –

Una Phoebe deja una minúscula huella

sobre los suelos de la fama –

1008

Cuán detenidas sobre pináculos están las campanas

hasta que, infladas con el cielo,

saltan sobre sus pies de plata

en una frenética melodía.

1007

Si pudiera imaginar una falsedad de ti

socavaría el umbral

al cual adhirió mi fe, bloque a bloque,

su pequeña ciudad de cedro –

1006

Lo primero que supimos de él fue muerte –

Lo segundo – fue – reputación –

Si lo primero no hubiera brindado justificación

lo segundo no habría sido posible.

1005

Átame – Aun puedo cantar –

Destierra – a mi mandolina –

y toca, leal, dentro de ella –

Asesina – y mi alma se levantará

entonando salmos al Paraíso –

todavía tuya –

1004

No hay silencio en la Tierra – tan callado

como el que se soporta.

Si fuese pronunciado podría quitarle valentía

a la naturaleza y obsesionar al mundo –

1003

Estoy muriendo a mi música.

Burbuja, burbuja,

dame contención hasta que recorra la Octava.

De prisa. Rompe las ventanas.

Ritardando.

Abandonadas las redomas y el sol.

1002

La aurora es el esfuerzo

del rostro celestial

por fingir, delante de nosotros,

inconsciencia de perfección.

1001

El estímulo que tengo más allá del sepulcro

es ver el semblante de Él.

Me sostiene como tragos imperiales

que fueran suministrando día por día.

1000

Para que esto no sea en verdad el Cielo

se presenta un obstáculo

que siempre abre canales de cierto grado

entre nosotros y lo celestial.  

999

La primavera viene a este mundo –

Alcanzo a observar a los abriles –

para mí descoloridos hasta que llegas tú.

Como sucede con la abeja, hasta que llega

las flores se consideran negativas,

tocadas bajo condición

solo por un zumbido –

998

Algo que esperar,

si no está muy lejos,

es capital contra la desesperación –

Algo que sufrir,

si no es muy agudo,

si tiene límites, se puede soportar –

997

Bajo la división se encuentra la pérdida legal de la adhesión –

No así en las relaciones infinitas –

En alta tristeza solo hay especulación –

Y el pesar es una falacia, una ficción –

Lo sabíamos –

996

Oía como si no tuviera oído

hasta que una palabra vital

llegó a mí nada menos que desde la vida.

Y entonces supe que oía –

Veía como si mis ojos estuvieran en otra mujer

hasta que una cosa,

ahora sé que era luz porque les correspondía,

entró.

Vivía como si yo misma estuviese afuera

pero adentro de mi cuerpo

hasta que una fuerza me detectó

y puso la médula en él.

El espíritu se volvió hacia el polvo, le dijo:

“viejo amigo, me conoces”.

El Tiempo salió a dar la noticia

y se encontró con la eternidad.

995

Haberme perdido de todo – me previno

de perderme cosas menores.

Si no había nada más grande para observar

que la fuga de un mundo a través de un gozne

o la extinción del sol –

no era tan inmenso

como para que yo levantara la frente

y dejara mi trabajo por curiosidad –

994

Lo miró de reojo – se tambaleó –

dejó caer el anillo

al pasado o a un periodo –

aferrado, indefenso, a un sentido,

como si su mente estuviera perdiendo la vista –

Anduvo a tientas para ver si Dios estaba por ahí –

Regresó a tientas a sí mismo.

Acarició, muy atento, un gatillo

y vagó fuera de la vida –

993

Cierta náusea de este mundo, en alto grado,

ocurre cuando mueren las mejores personas.

Cierta ansiedad es ocupar

su distante condición.

Cierta gigantesca indiferencia.

Debe ser muy ajeno el mundo

que esas personas abandonan – contentas –

a causa de la divinidad.

992

Pasaron tres semanas desde que la vi –

Alguna enfermedad me mortificó.

Volví a verla después

con un texto, una aldea que cantaba

y acompañada –

Nuestro placer era discurrir a solas.

Agraciada ahora para mí, como ninguna –

Agraciada hasta muy tarde –

Fuimos llevadas sin objeción de la una ni de la otra

a la noche parroquial –

¿De las partes que fueron separadas,

cuál se perderá de vista?

991

Emprender es lograr.

Solo si la empresa se mezcla

con la fortaleza del obstáculo

y en busca de ánimo.

Esa sutil sospecha de que a las naturalezas

hay que permitirles rendir veneración

a las leyes abandonadas y a las pocas características

del criterio –

está aquí –

990

Su pico es un taladro.

Su cabeza, un sombrero y un collar.

Es ansioso sobre cada árbol.

Su objetivo último es un gusano.

989

El aire no tiene casa ni vecinos,

ni oídos, ni puerta,

ni desconfianza hacia alguien.

Es feliz.

Invitado etéreo incluso sobre la almohada del paria –

anfitrión esencial en el cansado, gimiente hostal de la vida,

después de que, leve, tu conciencia me abarque,

y hasta que tu conciencia se vaya, persuadiendo a la mía –

988

Dijo la muerte a la pasión:

“de todo lo tuyo dame un acre”.

Respondió la pasión, mediante respiraciones contraídas,

“para ti mil veces no”.

La muerte le arrebató

su Oriente entero.

La pasión – soberana como el sol,

buscó un nuevo lugar en el Occidente

y el debate concluyó.

987

Levantar su pequeña sombrilla

y dejarla caer una sola vez

será toda su responsabilidad –

Imitarla será la mía –

Debo pasar un verano más,

complacida si la caja de la naturaleza

me presenta, desde una arruga sepulcral,

tan inmaculada como ella –

986

Puedo confiar mi flor

donde no temo ir –

Aquel que no era mi enemigo

será gentil con ella,

las distancias del porvenir

no nos separarán –

Hemos constituido una sola floración

divididas o en casa –

985

Aquí, donde las margaritas le sientan bien a mi cabeza, 

es muy fácil recostarse.

Y cada hierba que juega fuera de este lugar

se compadece un poco de mí.

984

La satisfacción – es agente

de la saciedad –

La carencia – es una silenciosa delegada

del infinito –

El poseer sobrepasa al instante

en que alcanzamos regocijo –

La inmortalidad satisfecha

sería una anomalía –

983

Abeja: te estoy esperando.

Ayer le decía

a alguien que conoces

que debes llegar –

Las ranas llegaron a la casa la semana pasada –

Ya se instalaron y están trabajando –

La mayoría de los pájaros están de vuelta –

El trébol está cálido y espeso –

Recibirás mi carta hacia

el diecisiete próximo.

Contéstala. Sería mejor que estuvieras conmigo.

Tuya, Mosca.

982

Si puedo evitar que un corazón se rompa,

no habré vivido en vano.

Si puedo aliviar el dolor de una vida

o suavizar un sufrimiento,

o ayudar a un petirrojo triste

para que llegue de nuevo a su nido,

no habré vivido en vano.

981

Solo un nicho, el mío –

logré que iluminara a la candela –

Oscura madonna, a la cual todos los pies pueden acudir,

considera a esta monja –

conoces todas las tragedias –

es innecesario decirte esto –

sin embargo, ¿Puedes hacer

la gracia – de sanar?

esa nos parece una habilidad más compleja –

no obstante – fácil, si fuera tu voluntad –

Concédemela –

Sabes todo esto, así pues ¿por qué decírtelo?

980

El amor – es anterior a la vida –

posterior – a la muerte –

inicial de la Creación

y exponente de la Tierra –

979

Sus pies con soldadura de gasa –

su yelmo de oro,

su peto un ónix de una sola pieza

con crisoprasas incrustadas –

su labor, una salmodia –

su ocio – una tonada –

por una experiencia de abeja,

tréboles y mediodía

978

La fe – es el puente sin pilar

que sostiene desde lo que vemos

hasta la escena que no vemos –

Muy tenue para la mirada,

carga un alma en exceso atrevida

como si estuviera balanceada en acero,

con brazos de acero a lado y lado –

Junta – tras el velo,

aquello que el puente dejaría de ser,

si pudiéramos presumir, para nuestros

lejanos, vacilantes pies,

una primera necesidad.

977

No puedo avergonzarme

porque no puedo ver

el amor que ofreces –

La magnitud

estropea a la modestia.

No puedo estar orgullosa

porque una gran altura como esa

implique alpinos

requerimientos

y servicios de nieve.

976

Además de este mayo

que conocemos

existe otro –

Qué bellas

nuestras especulaciones acerca de ese forastero.

Alguien conoce a aquel a quien conocíamos –

Dulce prodigio –

Es una naturaleza

donde los santos y nuestro vecino común

resguardan a mayo.

975

Este es el silencioso final

de todas mis esperanzas.

Coloreada espléndidamente, mi mañana se levantó.

Su propio final fue temprano y marchito.

Nunca el capullo de un tallo

partió con pies tan dichosos.

Nunca un gusano tan confiado

perpetró una raíz tan valiente.