Deja volar a la
alondra – y hallarás la música –
desenrollada en
plata, bulbo tras bulbo –
dispensada con
modestia a la mañana de verano –
salvada para tus
oídos, cuando los laúdes envejezcan –
Suelta la riada –
la hallarás patente –
reservada para ti,
brote tras brote de agua –
¡Este es el
experimento escarlata, escéptico Tomás!
¿Dudas ahora de
que el ave que tenías era verdadera?
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