Mi periodo de oración había
llegado –
Ningún otro arte – podría
valer –
A mis tácticas les faltaba un
rudimento –
Creador - ¿eras tú?
Dios crece arriba – por estos
quienes oran
Deben ascender – horizontes –
Así pues, me puse en camino
hacia el norte
Para ver a ese curioso amigo
–
Él no poseía señal de ninguna
clase –
Su casa no estaba junto a
chimenea – o puerta
Por la cual yo pudiera
inferir su residencia –
Vastas praderas de aire
Jamás perpetradas por un
colono –
Fue todo lo que pude ver –
Infinitud - ¿No tenías un
rostro
En el que yo pudiera
observarte?
El silencio condescendió –
La Creación se detuvo – para
mí –
Sin embargo, estremecida más
allá de mi misión –
Yo adoré – no “oré” –
No hay comentarios:
Publicar un comentario