sábado, 27 de mayo de 2017

967

Dos viajeros perecieron entre la nieve.
Los bosques, según ellos, se congelaban.
y los oyeron dándose ánimo
el uno al otro con palabras.

Lo que cada cual dejó atrás –
debe contener cielo, si es cielo.
Y entonces las aclamaciones crecieron
muy solemnes para el lenguaje,

y el viento dio grandes zancadas
sobre los rostros que el amor había tocado
esa mañana con un jacinto reverencial –

Los días continuaron sin narración
hasta que el misterio impaciente barrió todo.
Y los viajeros que viento y misterio dejaron atrás,
abandonados en ausencia, fueron prodigados
con el cielo

como a quienes proveyeron por vez primera, dijeron –



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