viernes, 10 de agosto de 2018

1342


Ningún hombre vio al miedo,
ni el miedo admitió a un hombre en su casa.
Aunque a su pavorosa residencia
acudió la naturaleza humana.

Sin tener consideración de su humilde vivienda.
Hasta que, haciendo el esfuerzo por escapar,
una garra puesta sobre la comprensión
detuvo a la vitalidad.

Regresar es un camino distinto.
El espíritu no se podría mostrar
pues respirar es la única obra de teatro
a punto de ser representada ahora.

“No estoy consumido”, escribió el anciano Moisés,
“aunque Lo vi cara a cara” –
Estoy convencida
de que esa precisa fisonomía era ésta.



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