Huir es una palabra tan
agradecida.
Con frecuencia la considero
en la noche,
dentro de mí misma,
sin espectáculos exteriores.
Huir – es la canasta
donde mi corazón está preso
cuando el resto de la vida se
malogra
descendiendo a una
horripilante fortaleza –
Huir. No para ver al Salvador
–
sino para ser el Salvado –
Por esta razón reclino mi
cabeza
delante de esta noble palabra
–
No hay comentarios:
Publicar un comentario