jueves, 16 de agosto de 2018

1416


Sostuvieron su mecha encendida encima del Oeste –
hasta que el rojo declinó –
Cómo le ayudó el ámbar –
Se resistía a ser definido –

Irse opacando, sin rencores,
en matices de simulación
que no dejaran decidir a la mirada
si se va a quedar o no –

es, quizá, solo propio
del ocaso –



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