miércoles, 8 de agosto de 2018

1320


Ven – querido Marzo –
Estoy muy contenta –
Te esperaba antes –
Deja ahí tu sombrero –
Cuánto has caminado –
Mira cómo estás de exhausto –
Querido Marzo, cómo estás,
cómo están los demás –
¿Dejaste bien a la naturaleza? –
Ven, subamos la escalera –
Tengo muchas cosas que contarte –

Recibí tu carta. Los pájaros –
y los arces nunca se enteran
de que vas a llegar – hasta que los llamo.
Juro – que sus caras se pusieron rojas –
Perdóname, por favor –
para esas montañas que dejaste a mi cuidado
no encontré el púrpura preciso –
Tú te lo llevaste todo –

¿Quién llama a la puerta? Es Abril.
Ciérrala –
No quiero ser perseguida –
Abril duró ausente un año
y llega justo cuando estoy ocupada –
todas estas nimiedades son ya muy triviales
desde tu llegada,

ese reclamo es tan querido como el elogio,
y el elogio tan simple como el reclamo –



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