jueves, 31 de diciembre de 2015

34



Tomada de entre los hombres - esta mañana –
Conducida por los hombres hoy –
Recibida con estandartes por los dioses
Que, ceremoniosos, sustrajeron

a una pequeña doncella – de sus compañeras de juegos,
a una pequeña mente de la escuela –
En el Edén deben tener visitantes –
Todas las habitaciones se encuentran ocupadas –

En reinos lejanos – como el oriente de la Noche –
En penumbra – como la Estrella de la Frontera –
cortesanos pintorescos

son nuestros muertos. 

33



Si acaso mi barca ya se ha hundido en el mar –
Si acaso ya se ha encontrado con la tempestad –
Si acaso ha inclinado ya sus dóciles velas
a islas encantadas –

A qué mística amarra
está hoy atada –
Esta es la tarea de la mirada
sobre la bahía.

32



Las mañanas son ahora más dóciles –
Las nueces se tornan pardas –
La mejilla de la cereza es más rolliza –
Se ha ido la rosa –

El arce usa un pañuelo más alegre –
El campo – una túnica escarlata –
Temo encontrarme anticuada, por esto

me pondré una alhaja.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

31



Para el que custodia un corazón de orquídea –

las ciénagas son rosadas en junio.

30



Perder – en caso de que uno pueda volver a hallar –
Echar de menos – en caso de que uno vuelva a ver –
El saltatapias no puede robar – entonces –
El prestamista no puede trampear.
Por esto construyes las colinas con alegría –
pequeña pala mía,
dejando rincones para Daisy
y para Columbine –
Tú y yo conocemos
el secreto del azafrán –
Lo cantamos suavemente –

“No hay allí más nieve”.

29


Estas son todas mis banderas.
Siembro – mi fasto
en mayo –
Crece poco a poco –
Luego duerme majestuoso de nuevo –
Toda la llanura – mi presbiterio

Hoy.

28



Perdemos – porque ganamos –
Los Tahúres – los que lo recuerdan –

agitan sus dados de nuevo.

27



Huye así el prado fantasma
antes de que expire la abeja –
Así burbujean arroyos sobre desiertos
en oídos que reposan agonizantes –
Así se queman las torres del atardecer –
para los ojos que van cerrándose –
Se alza así el cielo distante –

para una mano terrenal.

26


Desconfiada de la Genciana –
y a punto de irme,
la agitación de sus orlas
increpó a mi perfidia –
Cansada –
iré cantando –
Ese día no sentiré la cellisca –

No temeré a la nieve. 

martes, 29 de diciembre de 2015

25

Un sépalo – pétalo – y una espina
dentro de una habitual mañana de verano –
Una botella de rocío – Una abeja o dos –
Una brisa – una travesura en los árboles –

¡Y yo soy una rosa!

24



A menudo los bosques son pardos –
a menudo sonrosados.
A menudo, detrás de mi pueblo natal,
las montañas se desvisten.
Estaba acostumbrada a ver
cómo se suele poner corona a una cabeza –
Con frecuencia, donde pasa esto hay una grieta.
Y – me dicen – la Tierra gira
en su propio eje;
rotación maravillosa

realizada solo por doce meses. 

23



En el nombre de la abeja –
y de la mariposa –

y de la brisa – Amén. 

22



Una breve pero paciente enfermedad –
Una hora de preparación –
Y Una de aquí abajo hoy por la mañana
estuvo donde están los ángeles –
Fue una breve procesión –
El pájaro charlatán estaba allí –
Una envejecida abeja se dirigía a nosotros –
Y luego nos postramos en oración –
Confiábamos en que ella estaba dispuesta –
Pedimos que aquello nos fuera posible –
¡Verano – Hermana – Serafín!

¡Permítenos ir contigo!

21



La Genciana trenza sus flecos –
Es roja la sombra del Arce –
Mis flores fugaces

evitan la ostentación.

20



Si se perdieran aquellos a quienes amaba
la voz del pregonero podría decírmelo –
Si fueran hallados aquellos a quienes amaba
repicarían las campanas de Ghent –
Si descansaran ya,
me motivaría la margarita.
Philip – al llenarse de estupor –

¡partió con su enigma!

19



Así se ha desvanecido hoy
de los campos una margarita –
Así, de puntillas, unos pequeños zapatos se fueron
al paraíso –
La marea del día que concluía
se condensó en burbujas carmesíes –
Lozana – saltarina – fluyendo –

¿Estás, entonces, con Dios?

lunes, 28 de diciembre de 2015

18



Durante amaneceres como estos - nos apartábamos.
Durante mediodías como estos - ella se levantaba
primero aleteando - luego más firme
a su hermoso descanso.
Nunca lo susurraba -
y no era por mí -
Ella estaba muda de movimiento -
yo - de agonía -
hasta que - el atardecer estaba cerca -
uno corría las cortinas -
¡rápido! ¡un crujido más contundente!
¡y ese jilguero volaba!

17



Esto es todo lo que tengo para brindar hoy -
Esto, y cerca, mi corazón -
Esto, y mi corazón, y todos los campos -
y toda la amplitud de las praderas -
Asegúrate de llevar las cuentas - Si olvido
alguien podría pronunciar la suma -
Esto, y mi corazón, y todas las abejas
que habitan en el trébol.

16



Los pies de la gente camino a casa -
avanzan con alegres sandalias -
El azafrán es vasallo de la nieve
hasta que nace -

Los labios tenían muchos años de práctica
en el Aleluya -
hasta que, tiempo después, llegaron
esos marineros cantando sobre la costa.

Las perlas son el comino del buzo -
arrancado del mar -
Las plumas - carro del serafín -
pedestre, alguna vez - como nosotros -

La noche, tela de la mañana -
El robo - herencia.
La muerte solo nuestra absorta atención
a la inmortalidad.

Mis cálculos se equivocan si me cuentan
cuán lejos está la aldea
cuyos habitantes son los ángeles -
cuyos cantones se acercan a los cielos -

Mis clásicos guardan sus rostros -
Mi fe adora esa penumbra -
que desde sus solemnes abadías
desperdiga esa resurrección -

domingo, 27 de diciembre de 2015

15



Ella dormía bajo un árbol -
que solo yo recordaba.
Toqué su cuna muda -
Ella reconoció el pie -
se puso su vestido carmín
¡Y mira!

14



Como si pidiera una limosna común -
y un extraño pusiera un reino
sobre mi sorprendida mano -
y yo - quedara desconcertada -
Como si pidiera al Oriente
un amanecer para mí
y él alzara sus diques púrpura
y me inundara con la Aurora.

13


Existe un amanecer nunca visto por el hombre -
cuyas doncellas festejan su seráfico mayo
sobre un prado lejano -
y todo el día, con danza y juego,
y piruetas que nunca voy a mencionar -
ocupan sus días de celebración.

Aquí, a ligero compás, andan los pies
que no caminan más por la calle de la aldea -
Ni cerca del bosque los encontrarías -
Aquí están los pájaros que buscaban el sol
cuando la rueca del año pasado colgaba perezosa
y estaban sujetas las frentes del verano.

Nunca vi una escena tan maravillosa -
Nunca un grupo como aquél en un prado así -
Ni una disposición tan serena -
Como si las estrellas durante alguna noche de verano
agitaran sus copas de crisólito -
y celebraran hasta la alborada -

Le pido a la gente, en ese místico prado -
cada nueva mañana de mayo -
danzar como tú - cantar como tú.
Espero tus lejanas - fantásticas campanas -
anunciándome en otras hondonadas -
hasta un amanecer diferente.

12


Tenía una guinea de oro -
la perdí entre la arena -
Y aunque las cuentas eran simples
y había libras en la tierra -
no obstante poseía tanto valor
para mis frugales ojos -
que el día en el cual no pude hallarla -
me senté a suspirar.

Tenía un petirrojo escarlata -
cantaba todo el día.
Pero cuando los bosques estuvieron coloridos -
también - se fue - volando.
El tiempo me concedió otros petirrojos -
sus baladas eran las mismas -
no obstante, mantuve la casa lista
para mi anhelado trovador.

Tenía una estrella en el cielo -
Pléyade era su nombre -
Y cuando perdí mi atención
también se marchó -
Y aunque los cielos están colmados -
y la noche resplandece -
no me importa -
pues ninguna de esas estrellas me pertenece -

Mi narración tiene una enseñanza -
Tengo una amiga ausente -
Pléyade es su nombre -
Y petirrojo - y guinea entre la arena -
Y cuando esta triste cantinela
acompañada de lágrimas -
se tope en un país lejano
con el ojo del traidor -
que constate: un solemne arrepentimiento
se apodera de su mente -
y ningún consuelo
puede hallar bajo el sol.

11



Nadie conoce a esta pequeña rosa -
podría ser una peregrina
si no la hubiera apartado de los caminos
y consagrado a ti.
Solo una abeja la extrañará -
solo una mariposa,
acelerando el lejano viaje -
para descansar sobre su pecho -
Solo un pájaro se sorprenderá -
Solo una brisa suspirará -
Ah, pequeña rosa - qué sencillo es
morir para alguien como tú.

10



Las guirnaldas pueden ser para las reinas -
Para extraños honores
de alma o espada -
los laureles -
Ah - pero recordándome -
Ah - pero recordándote -
la naturaleza por amabilidad -
caridad -
equidad -
nos destinó la rosa.

9



Si recordar fuera olvidar -
entonces no recuerdo.
Y si olvidar - fuera volver a hacer memoria -
qué cerca estuve de olvidar.
Y si echar de menos - fuera algo dichoso -
y plácido llorar,
cuán llena de felicidad la dama
que hoy atesoró todo ésto.

8


Señor, cuando las rosas dejen de florecer
y ya no se hallen violetas -
cuando los abejorros, en vuelo solemne,
hayan sobrepasado el sol -
la mano que se detuvo a recoger flores
durante este día de verano
descansará, ociosa - entre lo Castaño -
En ese momento llévate mis flores - te lo ruego -

7


Haz que yo pueda ser el verano para ti
cuando los días veraniegos hayan volado,
haz que pueda ser tu silenciosa música
cuando Añapero y Oriol hayan acabado de cantar.

Por florecer para ti sortearé el sepulcro
y pondré en línea mis flores.
Te ruego, ven por mí -
Anémona -
Tu flor - para siempre.

6


A la deriva, un pequeño bote a la deriva.
Y ya llega la noche.

¿Nadie guiará a un pequeño bote
hasta la aldea más cercana?

Lo dicen los marineros -
Ayer - justo al atardecer
un pequeño bote dejó su lucha
y se hundió, se hundió en lo profundo.

Lo dicen los ángeles -
Ayer - cuando la aurora enrojeció,
un pequeño bote - derrotado por los vendavales -
afirmó sus mástiles - colgó sus velas de nuevo -
¡y avanzó - exultante!

5


Tengo una hermana en casa -
y una muy cerca de aquí.
Sólo una tengo inscrita,
pero las dos me pertenecen.

Una vino por el camino que vine -
y llevó mi vestido del año pasado -
La otra edificó entre nuestros corazones
como un pájaro su nido.

Ella no cantaba como nosotros -
su melodía era diferente -
Ella misma era para sí una música,
como abejorro de junio.

Hoy está lejos de la infancia -
Pero solía tomar su mano con mucha fuerza
subiendo y bajando las colinas -
lo cual acortaba toda distancia.

Y, pasados los años,
todavía su zumbido
engaña a la mariposa;
todavía en sus ojos
yacen las violetas
agotadas durante tantos mayos.

Derramé el rocío -
pero tomé la mañana;
elegí esta singular estrella
entre muchas que hay en la noche -
¡Sue - para siempre!

sábado, 26 de diciembre de 2015

4


Tengo un pájaro en primavera -
canta para mí -
La primavera lo hechiza.
Y como se acerca el verano -
y aparece la rosa,
el petirrojo se va.

Sin embargo, no me aflijo
pues sé que ese pájaro mío
aunque voló -
aprendió más allá del mar
una nueva melodía para mí.
Volverá.

Firmes, en una mano más segura,
en una auténtica tierra sostenidas,
son mías -
Y aunque ahora parten
le digo a mi corazón, que duda,
son tuyas.

En un esplendor más sereno,
en una más dorada luz
veo
cada pequeña inquietud y aprensión,
cada pequeña discordia aquí
apaciguada.

Entonces no me afligiré,
pues sé que ese pájaro mío
aunque voló
desde un árbol lejano
una brillante melodía me
devolverá.

3


Navegando silenciosamente
en este espléndido mar,
respóndeme, marinero,
¿conoces la playa
donde las grandes olas no rugen -
donde se calma la tormenta?

En el tranquilo oeste
muchas son las velas que reposan -
las anclas firmes -
Hacia allá te conduzco -
¡Tierra! ¡Eternidad!
¡Tierra, por fin!

2


"Sic transit gloria mundi",
como hace la ocupada abeja,
"Dum vivimus vivamus",
detengo a mi enemigo.

"Veni, vidi, vici",
caput, arruinada de pies a cabeza.
Y "memento mori"
cuando estoy lejos de ti.

¡Viva Peter Parley!
¡Viva Daniel Boone!
¡Señor, tres vivas para el caballero
que observó la luna primero!

Peter, eleva el resplandor del sol,
Patti, ordena las estrellas;
Dile a la Luna, el té espera,
y llama a Marte, tu hermano.

Adán, deja la manzana
y ven conmigo.
¡Tendrás una camuesa
del árbol de mi padre!

Escalo la Colina de la Ciencia,
contemplo el paisaje desde allí.
No había visto
perspectiva tan trascendental.

Mi país me invita a ir
al Parlamento;
entonces llevaré mis botas de goma
por si sopla el viento.

Durante mi educación
me informaron
que la Ley de la gravedad, a tumbos,
cayó de un árbol de manzanas.

Se suponía, hace tiempo, que la tierra
giraba sobre un eje
a manera de gimnasia
para alabar al sol.

Fue el valiente Colón,
navegando mareas,
quien advirtió a las naciones
dónde tendría yo que vivir.

La Mortalidad es funesta -
la Nobleza está muy bien.
La Viveza es heróica,
¡Sublime la Insolvencia!

Nuestros padres, rendidos,
cayeron en Bunker Hill;
Pese a que fue hace muchas mañanas,
aún están durmiendo.

Señor, la trompeta les ordenará despertar.
En grupo los veo salir,
cada uno con un solemne mosquete
en marcha hacia los cielos.

Tal vez quedará un cobarde, Señor,
hasta que termine la batalla;
Pero un héroe inmortal
tomará su sombrero, y correrá.

Adiós, Señor, me voy;
mi país me llama;
Permítame, al partir,
enjugar mis lágrimas.

Acepte esta bendición
en prueba de nuestra amistad,
y cuando la mano que la dio
se encuentre más allá de la luna,

será consoladora la memoria de mis cenizas;
Adiós, entonces, Tuscarora,
y adiós, Señor.


San Valentín - 1852





viernes, 25 de diciembre de 2015

1


 Semana de San Valentín, 1850


¡Despertad, nueve musas, cantadme un himno celestial,
Desatad el solemne abrazo, y atad mi obsequio de San Valentín!


La tierra fue hecha para los amantes, las jóvenes damas y los enamorados sin esperanza,
Para suspiros, y amables susurros, y unión de dos.
Todas las cosas se cortejan, en tierra, o mar, o aire,
¡Nada individual ha hecho Dios en Su mundo excepto a ti.
La novia, y el novio, los dos, y los que son uno,
Adán, y Eva, su compañera, la luna, y el sol;
La vida ha puesto los mandamientos como prueba, quien los obedece será feliz,
Quien no sirva al soberano, será colgado en un árbol fatal.
Lo alto va en busca de lo bajo, lo grande va en busca de lo pequeño,
Ninguno halla lo que está buscando,en este globo terrestre;
La abeja le ha coqueteado a la flor, la flor recibe sus cortejos,
Y contraen alegre matrimonio, con cien hojas como invitadas;
El viento ha seducido a las ramas de los árboles, las ramas son conquistadas,
Y el padre buscó riguroso una joven soltera para su hijo.
La tormenta ha caminado sobre la playa zumbando una triste tonada,
La ola con ojos muy reflexivos pretende mirar a la luna,
Sus espíritus se encuentran, profesan sus votos solemnes,
Él no vuelve a cantar con tristeza, la melancolía de ella se ha perdido.
El gusano ha seducido al mortal, la muerte demanda una novia viva.
La noche está unida al día en matrimonio, la mañana al atardecer;
La tierra es una alegre muchacha, y el cielo un auténtico caballero,
Y la Tierra es completamente coqueta, y se complace en sus vanidosos reclamos.
Ahora a la plegaria, a la lectura del sagrado rollo,
A conducirte con justicia y a ordenar tu alma:
Tú eres un solo de música humano, un ser frío, y apartado,
Marchito, no tendrás buena compañía, cosechas lo que has sembrado.
¿No vives horas calladas, y minutos muy largos,
Y un trozo de reflexión triste, y un lamento en lugar de canción?
Ahí está Sarah, y Eliza, y Emeline, tan hermosas,
Y Harriet, y Susan ¡y ella con el pelo ensortijado!
Tus ojos están tristemente ensombrecidos, sin embargo puedes mirar
Seis jóvenes amables reunidas sobre el árbol, es cierto.
¡Aproxímate con precaución a ese árbol, luego trépalo valientemente,
y apodérate de la que más amas, sin importar espacio o tiempo!
Después llévala al bosque, y constrúyele una enramada,
Y dale lo que ella pida, joya, o pájaro, o flor -
Y toca el pífano, y la trompeta, y golpea el tambor -
¡Y dale al mundo el saludo de buenos días, y ve a la morada de la gloria!