jueves, 31 de marzo de 2016

326


Sin saber por qué, los solitarios –
son – los exiliados del oriente –
que en cierto jolgorio blanco
se descarriaron y pasaron más allá
de la línea ámbar –

Desde entonces – se esfuerzan por saltar
el foso púrpura – en vano –
como los pájaros – que caen de las nubes
dudan en su propio ritmo –

que el éter bendito – les enseñó
durante una trasatlántica mañana –
cuando el cielo era muy convencional –
para extrañarlo –
muy seguro – para adorarlo.  


miércoles, 30 de marzo de 2016

325


Llegó un día – en lo más recio del verano –
enteramente para mí –
Yo suponía que todo esto – era para los santos –
donde hay – resurrecciones.

El sol se fue – como es costumbre –
las flores – habituales – estallaron –
mientras nuestras dos almas vivían ese solsticio –
que hace nuevas todas las cosas.

El tiempo apenas fue profanado – por el habla –
La caída de una palabra
fue innecesaria – como en el sacramento –
el sagrario – de nuestro Señor –

Uno para el otro – la capilla cerrada –
en esta ocasión – nos permitimos comulgar –
No fuera que – apareciéramos  - muy torpes
en la cena del cordero.

Las horas resbalaron con prisa – como suelen hacer las horas –
firmemente agarradas – por ávidas manos –
Así – miran atrás los rostros
destinados a tierras opuestas – en dos muelles.

Y así – cuando todo el tiempo goteó –
sin sonido externo –
cada uno – dispuso el crucifijo del otro –
No procuramos otro vínculo –

Suficiente confianza – en que resucitaremos –
el sepulcro – finalmente – clausurado –
a ese nuevo matrimonio –
justificado mediante calvarios de amor.


324


Recoge mi laúd.
Para qué –mi música,
desde que la alisa –pasivo –
el único oído al cual yo quería hechizar –

Sollozar – valdrá – lo mismo que un salmo.

Si el Memnón del Desierto –
me instruyera en el compás
que lo derrotó –
cuando – fue vencido por el amanecer –

Tal vez – esto –podría despertarlos. 


323


Lee – querida – acerca de cómo los otros –
se afanaban –
de cuán fuertes somos –
acerca de a qué renunciaron ellos –
de por qué nosotros tenemos menos miedo –
de cuántas veces los otros ofrecieron un fiel testimonio –
y de por qué nosotras – somos auxiliadas –
Lee como si a un reino – le importara todo esto.

Lee, después – acerca de la fe –
que hizo restallar sobre el fagot –
diáfanos compases de un himno
no anegado por el río –
Nombres valientes de mujeres –
y hombres del cielo –
que saltaron del simple registro
al – reconocimiento.


martes, 29 de marzo de 2016

322


Buenas noches. ¿Quién apagó las velas?
Sin duda – un céfiro celoso –
Ah, amigo mío, poco sabías
cuánto tiempo trabajaron con esmero
los ángeles – en esa mecha celestial –
ahora – extinguida – para ti.

Pudo – haber sido la luz tenue del faro –
si un marinero – remando en la oscuridad –
se hubiese molestado en observar.
Pudo – haber sido la menguante lámpara
que alumbra al soldado del tambor
desde el campamento, hasta que la diana suene
de modo más puro.


321


Arder en oro –
y congelarse – en púrpura.
Saltar – como leopardos en el cielo –
Luego – a los pies del viejo horizonte –
reclinar el rostro manchado –para morir.

Caer tan bajo como la ventana de la cocina –
Tocar el tejado –
Tinturar el granero –
Besarle la capa a la pradera –

El día – ese malabarista – se ha ido.


320


Existe un cierto declive de luz
durante las tardes de invierno –
Es opresivo, como el peso
de los sonidos que se oyen dentro de una catedral –

Nos produce una herida celestial –
No encontramos cicatriz
sino diferencia interna –
donde se encuentran los significados –

Nadie puede enseñar acerca de ella –
Nadie –
Es el sello de la desesperación –
Una tristeza imperial
que nos envían desde el aire –

Cuando llega, el paisaje oye –
las sombras – respiran contenidas –
Cuando se va es como la lejanía
en la mirada de la muerte –


lunes, 28 de marzo de 2016

319


El norte – de bronce –
y llamas – se conforma –
esta noche – tan adecuado –
tan preconcertado consigo mismo –
tan lejano – a las alarmas –
Una indiferencia tan soberana
al universo, o a mí –
infecta mi espíritu simple
con tandas de majestad –
hasta que adopto más vastas actitudes –
y me enseñoreo sobre mi tallo –
desdeñando hombres y oxígeno
para complacer su arrogancia –

Mis esplendores son refugio de salvajes animales –
Sin embargo, su espectáculo no competitivo
va a entretener a los siglos,
cuando ya sea de tiempo atrás
una isla deshonrada de hierba –
a quien nadie conocerá, excepto las margaritas –


domingo, 27 de marzo de 2016

318


Ella barre con escobas de muchos colores –
y deja atrás la basura –
Ama de casa en el Oeste atardecido –
regresa – y limpia el estanque –

Arrojaste en él un hilo púrpura –
un hilo ámbar –
Y ahora has derramado por todo el Oriente
paños de esmeralda –

A pesar de todo esto ella se aplica
en su industria de virutas,
a pesar de todo la escena prevalece
hasta que la oscuridad obstruye la diligencia –
o fracasa la contemplación.


sábado, 26 de marzo de 2016

317


El placer es idéntico a la huida –
O guarda su misma proporción,
como dirían las escuelas –
El camino del arcoíris –
una madeja
lanzada con colores después de la lluvia,
así de brillante sería óptimo,
excepto si la huida
fuera alimento –

Le pregunté al Oriente
si duraría
justo cuando esa banda de arco
golpeara mi infantil
firmamento –
Y yo, por la dicha,
tomé los arcoíris como el camino común
y los cielos vacíos.

Excentricidad –
Así con las vidas –
Así con las mariposas –
Las vimos mágicas – por miedo
de que engañaran a la vista –
de que adornaran lejanas latitudes –
Durante una repentina mañana –
nuestra porción – en el asunto –
había terminado –


316


Si estoy perdida –
justo ahora – que había sido hallada –
seguirá sucediéndose mi asunción –
justo ahora – que sobre mí – se abrieron
resplandecientes – de repente – aquellas
puertas de Jaspe –

Justo ahora que los ángeles –auscultaron suavemente –
a mi tonta cara – contemplativa –
y me tocaron con sus vellones,
casi como si a ellos les importara –
Estoy condenada – justo ahora – tú sabes –
lo ajeno que puede ser eso –
Tú lo sabrás – Señor – cuando el rostro del salvador
se voltee así –desde lejos de ti –


315


Morir dura – solo un breve instante –
Dicen que no es doloroso –
simplemente más tenue – gradualmente –
y después – desaparece de la vista –

Una cintilla más oscura – durante un solo día –
Una banda de penumbra en el sombrero –
Y después llega la hermosa luz del sol –
que nos ayuda a olvidar –

a la criatura – ausente – mística –
quien se habría quedado dormida – esa fue la ocasión
más correcta – sin cansancio –
excepto por nuestro amor –


viernes, 25 de marzo de 2016

314


La esperanza es una cosa con plumas
que se incrusta en el alma –
canta la tonada sin palabras –
y no se detiene – jamás –

Se oye – muy dulce – en la ventisca –
tiene que ser muy severa la tormenta –
con capacidad de abatir al pajarito
que a tantas persona brindó calor –

La he oído en el más fino territorio –
Y en el mar más extraño –
No obstante – nunca – en situación extrema
me pidió – una migaja.


313


Ves que no puedo ver – el devenir de tu vida –
Tengo que adivinar –
cuántas veces – hoy – te dolerá por mí –
Confiesa – cuántas veces a causa de mi lejanía
los valientes ojos se colman de lágrimas –
Sin embargo duele, lo adivino adivinando –
Mis ojos – se empañan tanto.

Muy difuso – el rostro –
que mi rostro – tan paciente – ambiciona –
Está muy lejos – la fuerza –
que mi timidez envuelve –
rodeando el corazón –
como las caras de ella, cambiantes –
birlando la ausencia –
que sólo él – puede satisfacer.


312


Puedo remar entre el sufrimiento –
balsas enteras de él –
Estoy acostumbrada a eso –
Pero un mínimo empujón de dicha
desconcierta a mis pies –
y – ebria – me tambaleo –
Que ninguna pequeña piedra –se burle –
Fue culpa de este nuevo licor –
Eso era todo.

El poder solo es dolor –
vestido con cuerdas – de disciplina,
hasta que sus pesas – ahorcan –
Propínales bálsamo – a los gigantes –
y sollozarán como hombres –
Propínales el Himalaya –
se lo – echarán a cuestas.



jueves, 24 de marzo de 2016

311


Conozco cierta casa abandonada lejos del camino
cuyo aspecto le gustaría a un ladrón –
Sellada con tablas de madera,
Y con ventanas bajas, incitadoras –
Un pórtico
por el que dos podrían entrar subrepticiamente –
Uno – con herramientas en mano –
El otro para husmear –
cerciorarse de que todo duerme –
Ojos a la vieja usanza –
no tan fáciles de sorprender.

Cuán ordenada estaría la cocina, de noche –
con solo un reloj –
Sin embargo, ellos podrían acallar el tic tac –
Y los ratones no chillarían –
Y tampoco hablarían – las paredes –
Nadie – lo haría –

Un par de espejuelos entreabiertos se sacuden
levemente – Un almanaque lo nota –
¿Fue el almohadón – quien parpadeó,
o una estrella nerviosa?
La luna – resbala por la escalera –
para ver quién anda ahí.

Hay botín –
Una jarra, o una cuchara –
un pendiente – o una piedra –
un reloj – algún broche antiguo –
que combina con el de la abuela –
duermen tranquilos – allí –

El día – repiquetea – mucho –
Lo furtivo – es lento –
El sol ha llegado –
hasta el tercer sicomoro –
Aúlla el cantaclaro:
“¿quién anda ahí?”

Y los ecos – a trenes de distancia –
se burlan diciendo – “¡Aquí!”
Mientras la antigua pareja, recién despierta,
imagina que el amanecer – dejó la puerta entreabierta.


310


El Cielo – es lo que no puedo alcanzar –
La manzana –
con la condición de que en verdad – cuelgue –
imposible – del árbol –
Eso es el Cielo – para mí.

Ese color de la nube que pasa –
Esa tierra prohibida – detrás de la colina –
La casa que está atrás –
Allí se encuentra – el Paraíso.

Las burlonas púrpuras de ella – por las tardes –
engañan – a los crédulos –
enamorados – de la hechicera –
que ayer – nos rechazó.



309


Asesina a tu bálsamo – y que sus olores te bendigan –
Desnuda tu jazmín – para la tormenta –
y la flor echará a volar su perfume más loco –
dispuesto tal vez – a alegrar tu noche de verano –

Húndele el puñal al ave – que edificó en tu pecho –
si tan solo lograras retener su última tonada –
El pájaro grazna: “perdónalo” – Grazna: “O algo mejor:
canta dichosa para él – cuando me haya ido”.


miércoles, 23 de marzo de 2016

308


Respiré lo suficiente para captar el truco –
Y ahora, excluida del aire –
finjo la respiración tan apropiadamente –
que alguien, para estar seguro –

de que los pulmones no se sacuden – debe descender
por entre las sagaces células –
y tocar la pantomima –
Él, como entumecido, siente los fuelles.


307


Que una mujer – fuera – blanca –
era algo solemne – dije –
Y que yo llevara – si Dios no me considera apta –
el inmaculado misterio de ella –

Algo tímido – dejar caer una vida
en el pozo místico –
ya muy desplumada – para poder regresar –
la eternidad – hasta que –

ponderé cómo luciría la santidad –
y si podría sentirse tan grande –
cuando lograra tomarla de mi mano –
como suspendida – observada – entre la niebla –

Y después – la estatura de esta pequeña vida –
los entendidos – la llaman ‘pequeña’ –
se ensanchó – igual que horizontes – en mi pecho –
y yo me reí – entre dientes – “¡pequeña!”


306


Para días tórridos – es más fácil encontrar –
una amiga penumbrosa –
que una de temperatura más alta
para la frígida – hora de la mente –

Un poco al oriente –
la veleta asusta a las almas de muselina –
¿Quién es el culpable si los corazones de fino lienzo
son más firmes que los de organdí?

¿El tejedor?
Ah, ese hilo que te extravía en el camino.
El tapiz del Paraíso
está hecho – sin indicación alguna.


martes, 22 de marzo de 2016

305


¿Qué pasaría si digo: “no voy a esperar”?
¿Qué si derrumbo la puerta profana –
y, fugitiva, doy el paso – a ti?

¿Qué pasaría si elimino en fila a lo mortal –
observo dónde me dolía esto – ya es suficiente –
y entro en la libertad?

Ellos ya no pueden atraparme – más.
Pueden llamar a los calabozos – implorar a las armas –
Sin embargo, ahora – todo esto carece de significado – para mí –

Como lo fue – la risa – hace una hora –
O los clavos – O un espectáculo itinerante –
O quien murió – ayer.


304


El sueño más demente – retrocede – irrealizable –
El cielo que buscamos –
invita a correr –
como la abeja de junio – delante del colegial –

se agacha – cuando ve un trébol accesible –
unta – se escapa –
se despliega – inoportuna –
después – extiende su leve pinaza –

hacia las nubes monárquicas –
sin advertir al niño –
quien contempla – decepcionado –
al cielo que se burla de él –

Ah, la abeja –
ávida de miel constante –
la que destila esa rara variedad de miel –
no vuela.