No puede ser verano.
Eso – ya pasó.
Y – es muy temprano – para
primavera.
Existe esa larga ciudad
blanca – Hay que cruzarla –
antes de que canten los
pájaros negros.
No puede ser morir.
Es muy festivo ese rojo –
e irán vestidos de blanco los
muertos –
Y, así, con grilletes de
crisólito,
el atardecer echa abajo mi
pregunta.
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