martes, 1 de marzo de 2016

247


Adentro – la lámpara arde segura –
Aunque los siervos – provean el aceite –
esto no le interesa al ocupado mechero –
en su fosfórica prisa.

La esclava – se olvida – de colmarla –
La lámpara – dorada – sigue ardiendo –
inconsciente de que el aceite se ha acabado –
y de que la esclava – se ha marchado.


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