viernes, 10 de agosto de 2018

1351


Una abeja condujo su bruñido
carruaje hasta una rosa –
La abeja se apeaba combinadamente –
La rosa recibió a la visita
con franca tranquilidad
sin retener ni una medialuna
a su avidez –
Consumado su momento –
a una le quedó – huir –
A la otra – debido al arrebato –
solo le quedó la humildad.


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