Amanece –pequeña dama –
¿No tienes dónde detenerte durante el día?
No era tu costumbre interrumpir de esa manera –
Recobra tu dedicación –
Es mediodía – mi pequeña dama –
¿y todavía estás durmiendo?
¿Acaso has olvidado – que la azucena –
está esperando a ser unida – con la abeja?
Mi pequeña dama – es de noche –
Que en lugar de mañana tenga que ser noche
para ti – Si acaso hubieras mencionado
tu diminuto plan para morir –
yo pudiera disuadirte. Si no, querida,
hubiera podido socorrerte –
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