No jugamos sobre los
sepulcros –
Porque no hay lugar –
Además – no es un terreno
llano – se inclina,
Viene gente –
Les pone flores encima –
Y alargan las caras de manera
tal –
Que nos da miedo: sus
corazones pueden caérseles –
Aplastarían nuestro hermoso
juego –
Así pues, nos vamos – muy
lejos –
Como enemigos.
Sólo volteamos la mirada para
comprobar
La inmensa distancia a la
cual quedó todo –
De vez en cuando –
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