Los últimos poemas – de ella
–
Acabaron a los poetas –
La plata murió junto a su
lengua –
No existe registro de que
otra flauta, o mujer –
Haya borbotado de modo tan
divino –
Ni de que, en su verano – el
petirrojo matinal –
Haya entonado – la mitad – de
la melodía –
De la angloflorentina –
Emanada muy libre para
quienes la adoraban.
El elogio – llega tarde –
Es inútil – conferir una
diadema – o fasto de duques –
A una cabeza muy alta para
ser coronada –
Que sea su sepulcro –
suficiente signo –
No obstante, si nosotros – no
el pariente de la poeta –
Nos hundimos – con fácil
depresión –
¿Qué importa si le dejamos
Un novio – en Italia?
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