La noche era ancha y de
escaso surtido,
Sólo tenía una única estrella
–
Que de continuo se apagaba –
por miedo –
Cuando la encontraba una nube
–
El viento persiguió al
pequeño arbusto –
Y se llevó sus hojas.
Noviembre se marchó –
Luego se trepó a los aleros
Y allí perdió la paciencia –
Ninguna ardilla salió –
Fueron oídos los pies tardíos
de un perro
Como felpa intermitente;
bajaban
Por la calle vacía –
La delicada tarea del ama de
casa –
Sentir si los postigos
estaban bien cerrados –
Aproximar su pequeña mecedora
–
Más cerca del fuego –
Tiritar por los pobres –
Cuán placentera es la tarea –
dijo ella
Sobre el sofá de enfrente –
El aguanieve – como mayo –
Sin ti –
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