miércoles, 13 de julio de 2016

610

Cierta tarde de verano –
Una mariposa emergió – del capullo
Como dama desde su puerta –
Y se fue por todas partes –

Sin un destino – al cual yo pudiera seguirle la pista –
Excepto el vagabundear sobre los campos
Con propósitos misceláneos
Que solo los tréboles – comprendían –

De modo que su hermoso parasol fuera observado
Mientras se contraía en un terreno
Donde los campesinos hacían heno –
Después luchando a brazo partido
Con una nube contraria –

Agrupaciones fantasmales – como esa nube –
Parecían ir – a ninguna parte –
En circunferencias, sin una meta definida –
Como si todo aquello fuera un espectáculo del trópico –

Y a pesar de que la abeja – trabajaba –
Y de que la flor – ardorosa se abrió –
Este público ocioso
Las desdeñó desde el cielo –

Hasta que la puesta de sol se arrastró –
Como una marea a la que nadie puede perturbar –
Y los campesinos que hacían el heno – la tarde –
Y la mariposa – se extinguieron – en el mar –



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