sábado, 11 de marzo de 2017

819

El lujo del aprehender.
El lujo que sería
observarte una sola vez,
hace de mí una epicúrea
en cualquier presencia.
Hasta que, ante tanta comida,
apenas recuerdo haber sufrido hambre.
Estoy abastecida desde el principio –
El lujo de meditar.
El lujo que era
darme un banquete contra tu semblante
le concede suntuosidad
a días más simples, cuya mesa –
Hasta donde la certeza consigue ver –
está dotada de una sola migaja
la conciencia – de que existes –



No hay comentarios:

Publicar un comentario