martes, 4 de abril de 2017

872

Privada de otro banquete
me brindé un agasajo –
Al principio – un alimento precario –
una insignificante miga –

pero ensanchada por añadidos frugales
hasta un tamaño notable,
suficientemente suntuoso para mí –
y casi bastante

para calmar el hambre de un petirrojo –
Ese colorado peregrino y yo – somos capaces –
de reservar una cereza de nuestra mesa –
para darla – como limosna –



No hay comentarios:

Publicar un comentario