Aunque era torpe,
un corazón anticuado –
se acomodaba a mí
–
también lo único
que él sabía – y su firmeza –
No era erudito –
En cambio
se movía solamente
como lo hacen los soles –
por mérito de
retornar –
o los pájaros –
confirmado a perpetuidad
por alternancia de
zona –
Esta noche no lo
tengo, para mí sola,
en su lugar
establecido –
debido a una
cláusula técnica, de muerte –
omitida en el
contrato de arrendamiento –
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