No tengo a nadie que me hable excepto a ti.
Así pues, cuando fallas nadie hay –
Era un lazo pequeño –
contenía justo a dos personas, pero tampoco a
esas dos
pudo contener desde que en alguna parte tu
dulce rostro
se ha vertido más allá de mis linderos –
Si las cosas fueran al contrario –
y yo fuera – la que fluyera en torno a ti
sobre una orilla no adecuada –
tú emprenderías la búsqueda – Confiesa
que puedo perseguir la respuesta
contra los labios por los cuales fluyó –
así – alcanzándote –
No hay comentarios:
Publicar un comentario