miércoles, 25 de julio de 2018

1174


Una araña se arrastraba, asidua,
sobre mi reticencia.
Estaba sola y en una circunstancia
que se niega a ser mencionada.

Inmediatamente se sintió mucho más en casa que yo.
Yo me sentía como una visitante
y de prisa
me fui –

Cuando volví a visitar mi última morada
con un reclamo por escrito
hallé el lugar silenciosamente usurpado,
igual a un gimnasio
en el cual el homenaje adormilado y el título sin aparecer,
habitantes del aire,
tomaron presunción perpetua
como si fueran herederos especiales –
Si alguien en la calle me golpea
soy capaz de devolver el golpe –
Si alguien se toma mi propiedad
de acuerdo a la ley,
los estatutos son mis expertos amigos,
qué ajuste legal puede haber
por una afrenta tan injusta.
Ni aquí ni allá lo hay –
La médula del día
ha sido ese robo de tiempo y mente
ejecutado por una araña.
Si no es así, que me prohíba el Señor
ser más específica –



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