jueves, 7 de julio de 2016

569

Precioso – ruin placer – es
encontrar un libro antiguo –
vestido justamente con el traje que llevó su siglo –

Pienso que es un privilegio –
tomar su venerable mano –
y brindándole calor con la nuestra –
ir uno – o dos – pasos – hacia atrás –
a los tiempos en que él – era joven –

Indagar – en sus singulares opiniones –
Auscultar su pensamiento
acerca de temas que conciernen a nuestra mente mutua –
La literatura de los seres humanos –

Qué les interesó – más – a los académicos.
Qué competiciones se llevaban a cabo –
cuando Platón – era una certeza –
y Sófocles – un hombre –

Cuando Safo – era muchacha, y estaba viva –
y Beatriz portaba
el vestido
que Dante – convirtió en divinidad –

El libro cruza – familiarizado –
sucesos de siglos pasados,
idéntico a alguien que llega a la aldea –
y te revela – que todos tus sueños – son verdaderos –

El libro vivió – donde nacieron los sueños –
Su presencia es encantamiento –
Le ruegas que no se vaya –

Viejos volúmenes sacuden sus títulos de pergamino
y te desesperan, como a Tántalo –
Justamente así –



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