Precioso – ruin placer – es
encontrar un libro antiguo –
vestido justamente con el
traje que llevó su siglo –
Pienso que es un privilegio –
tomar su venerable mano –
y brindándole calor con la
nuestra –
ir uno – o dos – pasos –
hacia atrás –
a los tiempos en que él – era
joven –
Indagar – en sus singulares
opiniones –
Auscultar su pensamiento
acerca de temas que
conciernen a nuestra mente mutua –
La literatura de los seres
humanos –
Qué les interesó – más – a
los académicos.
Qué competiciones se llevaban
a cabo –
cuando Platón – era una
certeza –
y Sófocles – un hombre –
Cuando Safo – era muchacha, y
estaba viva –
y Beatriz portaba
el vestido
que Dante – convirtió en
divinidad –
El libro cruza –
familiarizado –
sucesos de siglos pasados,
idéntico a alguien que llega
a la aldea –
y te revela – que todos tus
sueños – son verdaderos –
El libro vivió – donde
nacieron los sueños –
Su presencia es encantamiento
–
Le ruegas que no se vaya –
Viejos volúmenes sacuden sus
títulos de pergamino
y te desesperan, como a
Tántalo –
Justamente así –
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