Voy diciendo todos los días
“si mañana fuera reina –
Haría esto y lo otro” –
Así me adorno, un poco, con
elegancia.
Si ocurre que me despierto
convertida
En una Borbón, que nadie se
me incline –
Con arrogancia – diciendo
“esta era –
La que ayer – mendigaba en la
plaza de mercado”.
He oído decir –
Que la Corte es un lugar
fastuoso –
Así pues, hago de mi delantal
una guirnalda –
Con alfileres brillantes de ranúnculo
–
No muy simple –
En frente de la majestad.
Quizás me alcance – el rango
–
Y pongo mi lengua
Sobre pequeñas ramas de canto
– muy alto –
Pues este puede ser mi corto
plazo
Para ser admitida –
Suprimo toda palabra común
De mi simple modo de hablar –
Aunque nadie en toda la
pradera –
Se me acerque –
Excepto, quizás, el grillo –
Excepto la abeja –
Es mejor estar preparada –
Por si la mañana siguiente –
Me encuentra en Aragón –
Con mi viejo vestido puesto –
Con el aire asombrado
Que tienen – los campesinos –
Y sea llamada – sin previo
aviso –
A Exéter –
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