Su pico sellado – sus ojos
sin protección,
sus plumas ajadas –
Las garras que se aferraban
cuelgan ahora
indiferentes como guantes sin
vida –
La dicha que estaba esperando
a ser desprestigiada
en su garganta feliz, está
acuchillada parte por parte
con muerte.
Ser asesino de un ave se
asemeja dentro de mi mente humillada
a disparar contra ángeles en
el Paraíso –
desperdiciando para ti
sus milagros de melodía –
No hay comentarios:
Publicar un comentario