viernes, 1 de julio de 2016

547

Hace muy poco, hoy –
Ha sucedido un fallecimiento en la casa de enfrente.
Lo sé por el semblante nuboso
Que esas casas conservan – siempre –

Los vecinos crujen entrando y saliendo –
El médico – se despide –
Cierta ventana se abre como una vaina –
Abrupta – y mecánicamente –

Alguien saca un colchón –
Todos los niños corren y lo rodean –
Se preguntan si la muerte – fue sobre él –
Solía preguntarme lo mismo –
Cuando el que moría era un niño –

El sacerdote – entra, rígido –
Como si la casa fuera suya –
Como si – en estos momentos – él fuera dueño
De todos los dolientes – incluidos los niños –

Después entran la mujer que hace vestidos,
Sombreros – y el hombre encargado
Del oficio espantoso – a medir la casa –

Habrá, sin duda, esa procesión oscura –
De borlas – y de carrozas negras – Será pronto –

Es tan sencilla como una señal –
La intuición de estos acontecimientos –
En una simple aldea de provincia –






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