miércoles, 6 de julio de 2016

559

La azucena pasa con seguridad –
A través de la oscura multitud –
Como la educación –
Sus blancos pies – no sienten trepidación –
Su fe – no siente miedo –

Después – queda la vida, pequeña manta –
Ahora – olvidada por completo –
Sacudiendo su campana de berilo –
Sobre la pradera –
En éxtasis – y en un diminuto valle –



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