Fue de una manera tranquila –
Él me preguntó si yo era suya
–
No de respuesta de la lengua
Sino respuesta de los ojos –
Y entonces me condujo hacia
lo alto
Más allá de este ruido mortal
Con una rapidez semejante a
la de los carruajes –
Y una distancia – como de
ruedas –
El mundo se hizo más pequeño
Como aldeas – a los pies
De quien viaja en globo –
El abismo de atrás – no
estaba –
Sobre una calle de éter –
Los continentes – eran nuevos
–
Todo aquello era la eternidad
– antes
De que la eternidad se viera
obligada a llegar –
No había estaciones – para él
ni para mí –
No había noche – ni mediodía
–
Porque el amanecer – se
detuvo en aquel lugar –
Y lo dejó fijo – en aurora –
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