Aquel curioso anciano lleva
un año muerto –
Echamos de menos su sombrero
tan fijo –
Su lámpara, ya marchita, se
apagó
durante una tarde luminosa y
rígida –
¿Quién extrañará su anticuado
mechero –
hay algún resplandor para él?
¿Espera alguna perseverante
esposa
su arrugado regreso a casa?
Vida que inicias en fluyente
sangre
y te consumas con fastidio,
al contemplarte la
realización personal
se siente efímera y fría.
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