Frígido y dulce rostro, que
se iba –
Frígidos y ágiles mis pies –
Vano y desconocido cualquier
clima,
árido cualquier destino.
Me lo concedieron sin
vestido,
ni riquezas, ni nombre ni
reino –
¿Quién era ella para
arrebatarme
hogar y penuria?
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