Mi victoria duró hasta que los
tambores
dejaron en soledad a los
muertos.
Entonces dejé caer mi
triunfo,
purifiqué mi estola junto al
lugar
donde los rostros difuntos
se volvieron, al final, hacia
mí.
Y odié a la gloria.
Y ellos desearon ser como yo.
Aquello que es ser puede describirse
mejor
también cuando ha sido –
Puedo predecir un sabor de
perspectiva.
La tiranía de los seres
humanos
era más blanda – más divina
en su camino a lo transitivo.
Con los muertos un
arrepentimiento de bayoneta
es nada.
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