En el mundo donde coloreaste
a la mañana, pintándola de
rosa –
su ralentí bermellón
arrastró sin rumbo a los
resplandores
sobre reinos de los huertos.
Yo, el día anterior,
fui conquistada por el
petirrojo –
Todo era miseria
hasta que tu dedo arrugado
apuntaló al sol, muy lejos.
Atroz patrón de medianoche
en los bienes del día –
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