El corazón, tan popular, es
un cañón de primera –
seguido por un tambor –
por campanas para soldados
auxiliares
y por un epílogo de ron –
Para un recuerdo
no hay porvenir donde saber
su nombre –
ni un pasado que pueda
contemplarse.
Sólo zanjas como reinos y un
viaje a la cárcel.
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