Mi Dios – te observa, sol –
Brilla al máximo –
Deja a un lado tus discos
dorados
hasta que cada hueso juegue
contigo
y cada luna creciente te
sostenga –
El acre se alboroza a los
pies de Dios –
Nada existe sobre su átomo –
Ay, sol – solo tienes
derechos de personaje
secundario en tu larga
carrera con él.
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