miércoles, 11 de mayo de 2016

428

Cuando la luz empieza a apartarse –
nos vamos acostumbrando a la oscuridad –
Como ese momento en que la vecina sostiene la lámpara
para dar testimonio de su adiós –

Andamos inseguros – por un momento –
debido a la novedad de la noche –
Después – ajustamos nuestra visión a la oscuridad –
y enfrentamos – erguidos – el camino –

Así – en estos atardeceres del cerebro –
los más valientes – tantean un poco –
oscuridades – más grandes –
cuando ni siquiera una luna devela un signo –

Ni una sola estrella – sale – desde adentro –
A veces se golpean contra un árbol
directamente en la frente –
pero a medida que aprenden a observar –

o la oscuridad se modifica –
o algo en la mirada
se acomoda a la medianoche –
y la vida logra caminar, casi derecha.



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