Recuerdo el lugar justo en
que me encontraba
Cuando tuve esperanza –
En una ventana que daba la
cara al Oeste –
Era bueno – el aire más
rugoso –
Ni la nieve podía morderme –
Ni el hielo enfriaba –
Era ella, la esperanza, quien
me mantenía caliente –
No un chal de merino –
Recuerdo el día justo –
Cuando tuve miedo –
Los mundos estaban tendidos
al sol –
No obstante, cómo congelaba
la naturaleza –
Dentro de mi alma
Punzaban carámbanos azules y
fríos –
El pájaro iba cantando
plegarias por todas partes –
Solo yo – estaba callada –
Y el día de mi desesperación
–
Si olvido,
La naturaleza olvidará – que
se haga de noche
Después de que el sol se haya
puesto –
Que la oscuridad perpetre su
rostro
Y le apague la mirada –
La naturaleza vacilará –
delante
De la memoria y de mí –
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