lunes, 6 de junio de 2016

507

El rojo ardió – como potentes candilejas
en las bases de los árboles –
exhibiéndoles las distantes presentaciones
teatrales del día –

El universo fue – quien aplaudió –
mientras en un lugar muy principal –
de la multitud – con las facultades de su
indumentaria monárquica – distinguí a Dios.



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