viernes, 24 de junio de 2016

532

Son tan breves los inviernos –
Que a duras penas me justifican
Para echar muy lejos a todos los pájaros –
Para mudarme dentro de una vaina –

Una vez instalada –
Las febes inician sus labores –
Y entonces – es el momento de levantar la tienda –
Y abrir mi casa – de nuevo –

Estas son, más que todo, interrupciones –
Mi verano – ha sido expoliado –
Porque hubo una vez – un invierno –
Y todo el ganado – murió de hambre –

Y, así mismo, hubo un diluvio –
Que barrió el mundo –
Sin embargo – ahora – Ararat es una leyenda –
Y nadie da crédito a Noé –



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