lunes, 6 de junio de 2016

509

Una curiosa nube sorprendió al cielo,
era como una sábana con cuernos;
la sábana era azul –
la cornamenta gris –
Por poco tocó los prados.

Se inclinó, tan baja – después se estiró, más imponente –
y fue arrastrándose como las túnicas.
Una reina que avanza por un pasillo de satín
no tendría semejante majestad.



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