Un tigre moribundo – gemía
por beber –
Inspeccioné toda la arena –
Capturé el goteo de una roca
Y lo llevé entre mi mano –
Sus poderosas esferas –
estaba turbias en la muerte –
Pero buscando – pude observar
Una visión en la retina,
De agua – y de mí –
No fue mi culpa – corrí con
mucha lentitud –
No fue su culpa – murió
Mientras lo alcanzaba –
Sin embargo – el hecho era
que él había muerto –
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