El día de mi muerte –
Oí el zumbido de una mosca –
La quietud en la habitación
Era como la quietud del aire
–
Los ojos alrededor terminaron
por secar –
Las oleadas de la tormenta –
Y los suspiros decidieron
congregarse, firmes
Para este último comienzo –
Cuando se rindiera testimonio
del rey –
En la habitación –
Por mi parte legué mis versos
– firmé el testamento –
De la parte de mí que cedía –
Y fue en ese momento
Cuando se interpuso la mosca
–
Entre la luz – y yo –
Con su zumbido errático –
inseguro – azul –
Luego
Las ventanas fallaron –
Luego no pude ver
Si podía ver –
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