sábado, 9 de julio de 2016

595

El relámpago juega – todo el tiempo –
Sin embargo cuando el relámpago canta –
Nos hacemos conscientes de que existe –
Y nos acercamos a él – severos –

Con aislantes – y con guantes –
Nos aproximamos a él – cuyo diminuto bajo
De sepulcro nos alarma –
Aunque sus pies amarillos puedan pasar –

Y contrapasar – por las sogas – encima
De nuestras cabezas –
Continuamente – con las noticias –
Nosotros ni siquiera dejamos de hablar –
Ni nos detenemos a hacernos la señal de la cruz –



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