jueves, 14 de julio de 2016

627

Creo que fui víctima de un hechizo
Cuando leí por vez primera
A aquella dama extranjera – Yo era una niña
Sombría – y sentí hermoso – lo oscuro –

Y no tuve la capacidad de decir –
Si era mediodía – al anochecer –
O solo cielo – a mediodía –
Por excesiva locura de luz.

Las abejas se volvieron como mariposas –
Las mariposas – como cisnes –
Se acercaron – y rechazaron la escasa hierba
Que había –

Justo ahí, las canciones más mediocres
Que la naturaleza murmuraba para sí misma
Con el fin de seguir animada –
Fueron asumidas por mí como gigantes –

Que ensayaban una ópera titánica –
Los días – avanzaron a poderosos metros –
El día más llano – adornado – como si estuviera
Recibiendo de repente invitación para una fiesta –

No tuve la capacidad de definir ese cambio –
Esa conversión de la mente.
Sucede como con la santificación en el alma –
Puede testimoniarse – No explicarse –

Fue una divina insania –
Si yo volviera a experimentar
El peligro de estar cuerda –
Será un buen antídoto –

Leer de nuevo los tomos de la sólida hechicería –
Los hechiceros pueden estar dormidos –
Pero la magia – tiene un elemento –
Como la divinidad – que debe conservarse –



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