miércoles, 3 de febrero de 2016

161


Suave, la margarita sigue al sol –
Cuando el sol ha concluido su dorada caminata –
ella se recuesta a sus pies tímidamente –
Al despertar, el sol encuentra allí a la flor –
¿Por qué estás aquí, merodeadora?
Porque el amor es dulce, Señor.

Tú eres el sol – nosotros la margarita.
Perdónanos si nos acercamos a ti con frenesí –
cuando acaban los días,
enamorados del Oeste que se aleja –
de la paz – de la amatista – del vuelo –
de la posibilidad de la noche. 

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