jueves, 25 de febrero de 2016

231


Tim y yo – no lloramos –
Sin duda, ya hemos madurado mucho –
Pero ponemos bien el cerrojo
para cuidarnos de tener una amistad –

después ocultamos nuestra valiente cara,
hundida en nuestra mano –
aunque no para de llorar –
Tim y yo –
sin duda, ya hemos madurado mucho –

No llegamos a condescender –
ni para soñar –
Solo cerramos nuestros ojos marrones
con el propósito de ver el final –

Tim – verá casitas de juguete –
no obstante muy altas.
Luego – resultamos temblorosos –
Y para evitar que yo – llore –

Tim – lee un himno breve –
Rezamos,
te suplicamos, Señor, Tim y yo –
pues siempre perdimos el camino.

Tenemos que morir – pronto –
dicen los clérigos –
Tim – morirá – si yo – muero –
Yo, a mi vez – si él muere –

¿Cómo solucionaremos esto –
pues Tim – ha sido – tan – apocado?
Llévanos simultáneamente – Señor –
a Tim – que soy yo –
y a mí.



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